Para los candidatos a la muerte voluntaria, todos los caminos conducen a Suiza, donde existen dos Clínicas que generan polémicas tras haber instalado una rentable industria turística de la muerte, donde cada año convocan a cientos de turistas a que anticipen su final en forma programada. La más conocida es la Clínica Dignitas empresa fundada en 1998 por el ex periodista y abogado Ludwig Minelli, institución que en el último año ha asistido a 1,000 suicidas. Exit International, es otra clínica fundada por el Dr. Philip Nitschke conocido como el “Doctor muerte” y fundador de la pro-eutanasia en 1997, autor del libro “Manual de la píldora pacífica” e inventor de la "máquina de la liberación", (una jeringa vinculada a una computadora que puede administrar una inyección letal). Exit International cuenta con sedes en Zúrich y la otra en Berna.
Los requisitos previos para la evaluación y aceptación de suicidios asistidos en estas instituciones son: enfermedad terminal sin posibilidad de curación, paciente sin sintomatología depresiva, en uso de facultades mentales y de preferencia con pasaporte europeo. Aquellas personas que no son admitidas tienen la opción, de acudir a la red de ayuda, que cuenta con médicos voluntarios en casi todo el mundo.
El contacto para ser atendidos por los activistas de la “muerte digna” de la clínica Dignitas, se realiza vía telefónica o a través de su página web, http://www.dignitas.ch/; el paso siguiente es hacerse miembro pagando 200 francos suizos y una membrecía anual de 80 francos; una vez aceptado el paciente se reúne con los médicos que trabajan en la asociación, el paciente deberá interactuar con el enfermero que lo asistirá; y llegado el momento (generalmente en la tarde), con música especial éste ingiere por sus propios medios (ayudados con pajitas o botones) un anti vomitivo y media hora después el barbitúrico que dormirá al paciente. Cinco minutos después se entrará en coma profundo y se detendrá el corazón.
Las encuestas de opinión en Suiza suelen mostrar que el 60% o más de los ciudadanos aprueban el suicidio asistido de aquellas personas con enfermedades terminales o serios impedimentos. El suicidio asistido y la eutanasia pasiva (dejar morir intencionadamente al paciente por omisión de cuidados o tratamientos) son legales actualmente en Suiza, una política que convierte al país europeo más permisivo en este aspecto. La justicia no condena a quienes lo propicien y muchos de los candidatos eran procedentes de países como: Austria, Alemania, Francia y España.
Gran Bretaña tipifica como delito el suicidio asistido, en teoría las personas que ayudan al paciente a llegar hasta la clínica podrían ser procesadas y condenadas a 14años de cárcel. Pero en la práctica a pesar de que ha habido numerosas investigaciones policiales, nadie ha sido condenado.
Luxemburgo y Bélgica autorizan la eutanasia, sobre la base de una larga relación paciente/médico, es decir, un no residente no puede beneficiarse de ello. En Francia la ley sólo tolera el cese de los cuidados en casos de enfermedad incurable. Grecia y Polonia no quieren ni oír hablar del tema.
Según la legislación suiza, quien colabora en un suicidio sólo puede ser interrogado por las autoridades a fin de determinarse si hubo o no delito. No obstante, cientos de ciudadanos británicos han puesto fin a su vida en Dignitas, sin que sus familiares hayan tenido que rendir cuentas ante la Justicia.
La eutanasia está prohibida en Suiza. Sin embargo, está permitido ayudar a una persona a suicidarse para que ésta pueda morir sin sufrimiento. Antes de extender la receta mortal, un médico suizo examina a la persona enferma como mínimo dos veces, después de revisar su historial médico y de entrevistar al paciente. La asistencia en el suicidio la prestan los Freitod-Helfer (asistentes a una muerte libre). Quienes no son profesionales de la medicina, sino de personas con formación específica para desempeñar esta actividad.
El caso más perturbador de suicidio asistido fue la del Profesor de ciencias de la computación antigua de Chicago, Illinois Craig Ewert (59) quien permitió filmar su muerte por la televisión británica, para el documental titulado Derecho a Morir: “El suicidio turístico”, donde se muestran imágenes de Ewert desconectando con su boca el respirador y bebiendo la dosis contundente de pentobarbital de sodio para quitarse la vida, y que fuera transmitido por la Cadena británica Sky Televisión (10 de diciembre 2008), Fox News (puede verse por Internet en YouTube). Craig Ewert sufría de esclerosis lateral amiotrófica (conocida como enfermedad de Lou Gherig), pagó la suma de US$ 4,500 por el suicidio asistido en la clínica de Zúrich (septiembre de 2006)
Otro caso famoso fue el del integrante de la selección británica sub-16 de rugby Dan James, de 23 años, quien realizara su viaje final acompañado por sus padres a Zurich tras sufrir un accidente donde quedó paralizado. La polémica surgió al ser admitido con 23 años e introdujo el precedente de poner el suicidio asistido a disposición de enfermos no terminales.
Otra muerte asistida y polémica en Europa es la del multimillonario británico Peter Duff (80), ejecutivo del Concurso Internacional de Vinos y Espirituosos, uno de los mayores expertos en el mundo, se suicidó en Dignitas junto a su mujer, Penélope (70). Ambos sufrían cáncer terminal (Feb 2009)
En abril de 2003 otro matrimonio británico, formado por Robert Stokes (59) y su esposa Jennifer (53), también eligieron morir en la clínica pese a que ninguno sufría enfermedades terminales, él era epiléptico y ella tenía problemas de diabetes y dolores en la espalda, al parecer ambos estaban sumidos en una profunda depresión.
Reginald Crew, un ex trabajador del sector automovilístico de Liverpool, de 74 años, falleció en Suiza gracias a un suicidio asistido manos del grupo suizo DIGNITAS (2003) quien padecía una enfermedad neuronal motora incurable desde hacía cuatro años.
La conocida actriz francesa, Maia Simon, y el director de orquesta inglés Edward Downes fueron a llamar a la puerta de Dignitas.
Dorothy Robbins (64) fue secuestrada por su esposo Syney Robbins (82) a pedido de ella en el hospital de la ciudad de Bolton, donde se encontraba estaba internada a causa del padecimiento de una enfermedad degenerativa. Murió en 2005, fue uno de los 115 británicos para poner fin a sus vidas en la clínica Dignitas en Zurich.
México ha comenzado a discutir la legalización del derecho a morir, cuenta con normativa denominada Ley de Voluntad Anticipada, donde el paciente pude rechazar procedimientos médicos que alargan su agonía y morir de forma natural, esta figura provoca la muerte de manera activa, evitando que (los enfermos) sigan bajo cuidados artificiales cuando ya no hay nada más que hacer médicamente. La petición debe ser firmada ante un notario y dos testigos mayores de 16 años.
La "Ley para Morir con Dignidad" aprobada en el Estado de Oregón (Noviembre de 1997), que permite a los residentes con enfermedades terminales para poner fin a sus vidas a través de la autorregulación voluntaria, la administración de medicamentos letales, expresamente prescritos por un médico. En Oregon, el paciente decide con independencia del médico dónde y cuándo desea morir, o incluso arrepentirse de hacerlo
El suicidio asistido parece a primera vista una opción disponible, pero existen muchas razones para pensar lo contrario; mientras número extremadamente pequeño de personas pueden beneficiarse, al mismo tiempo, un gran número de personas, sobre todo los menos privilegiados en la sociedad, sería un riesgo significativo de daño sustancial, donde el suicidio asistido tendría muchas consecuencias no deseadas.
Tal vez el problema más importante es la mezcla mortal entre el suicidio asistido y la gestión de atención de salud-con fines de lucro. El costo de la medicación letal utilizada es de aproximadamente $ 35 a $ 50, más barato que el costo de cualquier tratamiento médico a largo plazo. El incentivo para ahorrar dinero al negar el tratamiento ya es un peligro significativo, sería mucho mayor si el suicidio asistido fuera legal acelerarándo la disminución de la calidad del sistema de salud.
Probablemente para nadie resulte indiferente el tema de la Eutanasia y Suicidio Asistidos conductas incompatibles dentro de la ética médica, que pretende ser de libre elección, sin embargo existen peligros significativos que mucha gente de fuera quisiera aprovechar debido a la presión, como aquellos adultos mayores que no quieren ser una carga financiera y familiar. Significativas investigaciones documentan el maltrato a estas personas a menudo por miembros de la familia, que podían conducir fácilmente ante tales presiones al Suicidio Asistido. Otras personas experimentan el suicidio asistido ante la falta de una atención de calidad, de apoyo, de terror por el abandono. El suicidio asistido daría lugar a muertes por falta de opciones, convirtiéndose no en un acto de autonomía personal sino en un acto de desesperación.
Mientras esto ocurre, las “clínicas de la muerte” seguirán con la plataforma de promover la muerte con la denominada “Compasión Lógica”, sostenida desde su punto de vista que “matar a un paciente que sufre es un acto compasivo”, del cual tengo mis reservas, por considerar que prima una motivación utilitaria principalmente la económica. Bajo el disfraz de “Dignidad Humana del enfermo”, se defiende el derecho a elegir libremente el momento de la propia muerte. Tras el uso equívoco de los términos subyacen distintas concepciones del ser humano, de la libertad, de la ciencia médica del conjunto de los derechos humanos. Un rápido vistazo a la guerra de Alemania pre eugenesia (La eugenesia busca afectar por medio de la ciencia la crianza de futuras generaciones) transformándose en Eutanasia obligatoria es sólo una muestra de lo que podría ocurrir.
DRA. ANNA BERMEO
CPP 3504
26-12-10
anna.bermeo@gmail.com
Fuentes:
www.exitinternational.net
www.peacefulpillhandbook.com
http://www.youtube.com/watch?v=LWy6pKVendQ
