Una conmovedora y ejemplar
historia digna de ser dada a conocer, el personaje Dobri Dobrev (102) camina 20
kilómetros cada día para pedir dinero para los orfanatos que son incapaces de
pagar sus cuentas; el personaje decidió vivir según sus reglas, donde el sueño
de la autosuficiencia, nos hacen creer que es imposible. Una historia que
dignifica al ser humano, y que da un breve rayo de luz y esperanza, más aún
cuando hoy vivimos un mundo materialista y alejado precisamente de esto, la
misericordia y el amor por prójimo.
Dobri Dobrev, un anciano búlgaro
de 102 años de edad, nació en el pueblo de Bailovo (1914), en el sector este de
Bulgaria, fue huérfano de padre y criado por su madre. El anciano veterano de
la Segunda Guerra Mundial, perdió gran parte de su capacidad auditiva, y recibe
una pensión del Estado que no supera los 100 dólares, por su calidad de
veterano de guerra.
El anciano apodado el “Santo de
Baylovo”, se despojó de todos sus bienes materiales y dono su dinero a la
iglesia católica ortodoxa de la ciudad Sófia, capital de Bulgaria, vive en la
pobreza extrema. El personaje recorre cada día 20 kilómetros a pie (10 de ida y
10 de vuelta) para trasladarse desde su aldea hasta la capital Sófia, donde
pasa el día mendigando por dinero (por más de 20 años), para causas benéficas: obras
de caridad, orfanatos, iglesias. Logró recolectar y donar más de 54 mil dólares
a lo largo de su vida.
De su pasado no se conoce mucho, porque
él es reacio a hablar de sí mismo y de los detalles de su vida, no le gusta la
fama y prefiere vivir en la oscuridad. Vive modestamente en un cuarto pequeño en
el patio interior de la iglesia rural “San Cirilo y Metodio" en las
cercanías a la capital Bulgaria. Rechaza todas las comodidades que ya no forman
parte de su forma de ser, viste la ropa y zapatos que él mismo se encarga de
confeccionar. Y a menudo expresa plegarias en la iglesia como forma de
agradecimiento a todas las personas que día a día se acercan a colaborar.
Su figura de un anciano de barba
blanca ya es familiar para los habitantes de Sófia y sus alrededores, pero no
sólo allí. Su historia maravillosa y conmovedora llega al público en general a
través de los modernos medios de comunicación, como periódicos, televisión e
Internet. A pesar de su edad, su sordera parcial y sus precarias condiciones de
vida se ha completado una misión ambiciosa: para ayudar a los pobres y los
menos afortunados.
Este año el anciano llego a sus
102 años, y según manifiestan los internautas, no se le ve mucho en los
alrededores de la catedral últimamente. Por cuestiones obvias de edad y su mala
salud, ya no es capaz de hacer esto de forma continua, por lo que se ve
obligado a tomar el autobús. Y siendo su bondad y generosidad bien conocido por
todos, los conductores no siempre le piden al dinero del boleto.
Todo mi respeto y admiración para
este hombre sin ataduras, hay que reconocer que a menudo la fe permite a la
gente a creer en algo tan importante para lograr grandes cosas.
ANNA BERMEO T
20 OCTUBRE 2016
VIDEOEN ESPAÑOL : https://www.youtube.com/watch?v=JTxfyLTzWlg