Hoy en día, podemos observar que cada año en Navidad siempre hay más personas que no la pueden celebrar en las mismas condiciones las fiestas; los motivos son diversos, ya sean económicos o en este caso, a causa de cualquier enfermedad que obliga al paciente a permanecer en un hospital.
Muchas personas permanecen ingresadas en Hospitales, Asilos, en fechas muy señaladas como en Noche Buena, en Noche Vieja o en bajada de Reyes, donde la mayoría de estas personas “celebran” estas fechas en soledad, sin ningún familiar cercano dándole su compañía y cariño.
Una gran verdad, donde el egoísmo de las personas no lo tiene en cuenta por el simple hecho de tener que estar pendiente de un enfermo y prefieren egoístamente dejarlos ingresados, olvidados e incomunicados y así no tener responsabilidades, sin detenerse a pensar en las navidades de los demás, ni en el padecimiento de aquella persona, que puede ser un padre, una madre, un hermano, un pariente cercano; que la está pasando realmente mal. Es mayormente importante para estas personas egoístas; las fiestas, los amigos, el año nuevo, la ropa y el coche que compramos, la comida, la bebida…
Todo el mundo tiene derecho a celebrar en compañía las navidades, como tiene derecho que sus parientes se acuerden del enfermo, quizás con una simple llamada las cosas pueden cambiar… y no pasar durante horas acostado en una fría cama de hospital absolutamente en soledad. Por muy mal que se encuentre el paciente siempre necesita de su familia.
Tristemente es así. Muchas personas la pasan muy mal, solas no solo en las navidades, sino cualquier día de la semana; porque son los propios hijos los que olvidan a sus padres; “Échate a la cama y mira quien te ama”; una gran verdad que algún día todos podremos comprobar, y experimentar al ver que se siente estar solo (a), sin que nadie te ayude a comer, o te pase un vaso de agua, o llame a la enfermera para ir al baño, o para solicitar un calmante para el dolor.
En nuestro paso por el mundo han pasado por él muchas personas y cada una ha dejado algo: una flor o una espina, un beso o un rechazo. Todo queda grabado en el corazón.
Un millón de gracias a todos aquellos amigos que permanecieron día a día conmigo en el hospital, no necesito ni nombrarlos porque están aqui conmigo,. mi reconocimiento y mi cariño eterno para uds; espero poder corresponderles algún día. Los adoro.
FELIZ NAVIDAD PARA TODOS AQUELLOS PACIENTES QUE SE ENCUENTRAN INTERNADOS EN LOS HOSPITALES.
ANNA BERMEO T.
CPP 3504
