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viernes, 1 de octubre de 2010

CODIGO DE ETICA Y DEONTOLOGIA MÉDICA EN TRASPLANTE DE ORGANOS



La medicina de trasplantes ha sido uno de los más importantes avances científicos en las últimas décadas del siglo XX. Sin embargo, no ha estado exenta de controversias relacionadas con la bioética en ninguna de las etapas de su evolución. El Washington Post (Marzo 2007) publicó un artículo sobre una "nueva tendencia en la donación de órganos", transmitiendo la preocupación de algunos los médicos y especialistas en bioética sobre la controvertida práctica de la donación después de la muerte cardiaca. Amplían la información tras la acusación de un Cirujano de trasplantes de California tras la aplicación de medicamentos inadecuados y excesivos a donantes potenciales a la espera de la muerte cardiaca.

A finales del 2008, los médicos del Hospital de Niños de Denver habían trasplantado tres corazones de tres donantes infantiles que no fueron declarados con muerte cerebral, eliminando el soporte vital mecánico; extrayendo los corazones de los bebés, a veces esperando sólo 75 segundos (corazón ausente y funciones pulmonares), para aumentar las posibilidades de que los órganos sean viables. Situación que alarmó a la comunidad internacional y expertos en bioética médica, quienes cuestionaron duramente al equipo de Denver.

La controversial investigación fue publicada en New Journal of Medicine, con la finalidad de informar del éxito de tres trasplantes de corazón. Siendo la primera vez que el equipo de trasplantes del Hospital Infantil de Denver (Estados Unidos), elabora un Informe sobre el éxito de los tres trasplantes de corazón cuyos órganos habían sido extraídos de bebés de pocos días de nacidos, después de ser declarados por muerte súbita de origen cardíaco (en lugar de muerte cerebral).



El pronunciamiento de la muerte también se puede hacer en un paciente que todavía puede tener la función del sistema cardio-vascular, pero cumple con los criterios clínicos de muerte cerebral. El informe detalla tres casos entre el 2004 y 2007 con bebes que sufrieron daños cerebrales graves tras la privación de oxigeno durante el parto. Sus padres decidieron dejar de mantener la vida varios días después de sus nacimientos al conocer que no existían esperanzas. Los cirujanos del Hospital de Niños de Denver esperaron TRES MINUTOS antes de remover el corazón del primer bebe, 75 segundos de asistolia para el segundo y el tercero después de que un panel de control de ética decidiera que era suficiente, contraviniendo los Protocolos (Pittsburgh, Pensilvania etc) hasta ahora consensuados que recomiendan que los cirujanos deben esperar al menos dos minutos - y por lo general cinco – de una vez detenido el corazón para asegurarse que no comience a latir de nuevo por su cuenta (lo que ha ocurrido en casos raros)

Los cirujanos trasplantaron el corazón en tres bebés de 1 a 4 meses de edad que se estaban muriendo de problemas del corazón. Seis meses más tarde, los tres receptores estaban vivos, en comparación con el 84 por ciento de los 17 bebés que recibieron corazones recuperados a través de protocolos estándar de la donación de órganos. El argumento fue que tras 60 segundos, no hay recuperación espontánea de latir el corazón.

El Dr. Mark M. Boucek, dirigió el equipo antes de trasladarse al Hospital Infantil Joe DiMaggio en Hollywood, Florida; La investigación fue financiada por James Burdick del Departamento de Salud y Servicios Humanos, quienes conscientes de la repercusión de este trabajo, en la editorial de revista sugieren opiniones a eminentes especialistas.

La donación de órganos después de la muerte cardiaca en cada vez más común, y a la vez muy controvertida. Los críticos manifiestan que pone en peligro el cuidado de los pacientes moribundos, cuestionando la conveniencia de la eliminación de corazones de pacientes, especialmente bebes, que no se encuentran con muerte cerebral.

Desde la década de 1970, la mayoría de los órganos han sido retirados sólo después que los médicos declararon al paciente con muerte cerebral. Sin embargo los funcionarios federales de salud, los cirujanos de trasplante y bancos de órganos, han promocionado la "donación después de la muerte cardiaca", o DCD. DCD, que implica generalmente a pacientes con daño cerebral devastador e irreversible, pero en realidad no son de muerte cerebral.



Los críticos del proyecto se preguntan si los bebes donantes se encontraban declarados muertos antes de haberles removido el órgano en el cuerpo de otro niño. Para el Dr. GEORGE J. ANNAS, Bioético de la Universidad de Boston, conocido como “El padre de los derechos del paciente”, ésta práctica no puede ser éticamente justificada, argumentando que: "Los donantes no estaban muertos. Entiendo que les gustaría que cambiemos la definición de la muerte, pero no pueden hacerlo por sí mismos.”

ROBERT M. VEATCH, profesor de ética médica del Instituto Kennedy de la Universidad de Georgetown (EE UU); señala que con los criterios legales actuales, no es posible obtener corazones para el trasplante de un donante que haya sido declarado muerto en base a una paro cardiaco irreversible: "si el corazón es reiniciado significa que la persona de la que procede no podía ser declarada fallecida de acuerdo con el criterio de muerte cardiaca; éstas muertes son equivalentes al asesinato" , "Creo que es ilegal, y si es ilegal, es el médico quien causó la muerte de los tres pacientes, y sería homicidio. Es inmoral. Creo que debe ser detenido." Cuestionando al equipo de Denver.

El Dr. MARCK BOUCECK, el cardiólogo intervencionista, que informaba del éxito de tres trasplantes de corazón, argumentó que los corazones no eran capaces de funcionar en los recién nacidos (donantes), "La mortalidad en lista de espera infantil es de un orden de magnitud muy superior a la de los adultos; los donantes fallecidos por causas cardiocirculatorias ofrecen una oportunidad de reducir esa mortalidad", indicó

La revista argumenta que el trasplante cardiaco es la única opción para los niños que nacen con una enfermedad congénita o una cardiomiopatía avanzada. Recuerda que en Estados Unidos se practican cada año unos 400 trasplantes infantiles de corazón, un centenar de ellos en niños de menos de un año, y que la tasa de supervivencia es de más de 15 años en la mitad de los niños trasplantados, y más de cinco años en el 80%. Sin embargo, unos 50 niños mueren cada año en lista de espera porque es muy difícil encontrar donantes, especialmente para los menores de un año. La revista considera que "el desarrollo de criterios normativos aceptables para la donación pediátrica es un objetivo vital". Y concluye: "En el informe de BOUCECK: “el resultado de este protocolo experimental, es que tres niños están ahora vivos. De no haberse realizado estos procedimientos, los seis estarían muertos".

Por lo general, las leyes han sorteado este riesgo de circularidad al dar un contenido biológico y sistémico de la muerte humana, equivalente al cese permanente (o irreversible) del funcionamiento integrado del organismo como conjunto. Se considera muertos a quienes han perdido aquellas funciones reguladoras del organismo como conjunto. El carácter sistémico de esta definición se cifra en que no se exige la pérdida de todas y cada una de las funciones orgánicas, sino sólo de las responsables de la regulación del conjunto del organismo. La muerte se ha hecho más compleja: morir ya no es dejar de respirar o que el corazón deje de latir, sino perder la capacidad de hacerlo de forma autónoma. Presentándose las recientes controversias sobre los protocolos de donantes de corazón y las implicaciones éticas de estos procedimientos

El diagnóstico de muerte cerebral o muerte encefálica, se admiten como criterios de muerte tanto el paro cardiorrespiratorio irreversible como la muerte cerebral, clínicamente aceptada, tanto desde el punto de vista legal como científico, y constituye la base del extraordinario desarrollo de los trasplantes, pues permite mantener durante un tiempo los órganos de una persona ya fallecida para extraerlos en condiciones de ser implantados en otra.

Es legal extraer órganos de dos tipos de donantes cadavéricos: aquellos que son declarados muertos por criterio neurológico (son los donantes en muerte cerebral), y aquellos que son declarados muertos por criterio cardiaco (los llamados donantes en asistolia). Se puede declarar la muerte tanto por criterio neurológico como por criterio cardíaco. La donación de órganos es legal bajo cualquiera de los dos criterios. Hasta ahora, en las donaciones procedentes de pacientes en muerte cardiocirculatoria se extraían diferentes órganos (riñón, hígado, pulmón básicamente), pero nunca el corazón. Se entendía que un corazón que ha fallado en una persona, difícilmente podrá funcionar en otra.

Si bien es cierto, los médicos del Hospital de niños de Denver lograron con éxito tres trasplantes de corazón, con métodos que han provocado una intensa controversia en la comunidad científica calificándolo de experimental, dejando interrogantes primero porque para poder extraer el corazón en condiciones de ser trasplantado, el equipo de Denver redujo al mínimo -75 segundos- lo cual contraviene los protocolos hasta ahora consensuados, que recomiendan esperar cinco minutos antes de proceder a la extracción para garantizar la muerte. Existiendo casos documentados de "citación autoresus", donde el corazón se reinicia después de 10 minutos (Universidad de Zurich permite 10 minutos de tiempo de espera)

Lo cierto es que la disputa sobre si los órganos deben ser tomados de algunos pacientes antes de una muerte, merece una discusión más allá de las revistas académicas médicas en el espacio público. Donde la opinión pública pueda tener mayor y mejor información y sobre todo estar segura de que la comunidad médica no seguirá manipulando la borrosa línea entre la vida y la muerte.

DRA. ANNA BERMEO T.
CPP 3504
anna.bermeo@gmail.com
01 Oct. 2010
Lima-Perú

El Washington Post 14/08/2008
David Rodríguez-Arias Vailhen: “Una muerte razonable”