El amor sigue siendo un misterio indescifrable que llevó a los filósofos más inteligentes de la historia a dedicarle algunas líneas. Durante siglos las prácticas, las costumbres, tradiciones y cómo se conforman las parejas han cambiado, marcando una nueva cultura. Internet ha logrado globalizar las relaciones humanas, encontrándonos inmersos en un mundo de “contacto”, donde se rompen estilos de vida y socialización. Hacer relaciones en red es sencillo, y hacer relaciones de amor, también. Las personas presentan el mejor lado de su personalidad una vez que encuentran a alguien interesante en línea. Ambos comienzan a compartir intimidades, esperanzas, temores o fantasías, lo cual los acerca aún más, y hace que las fantasías sobre la otra persona sean todavía más intensas y profundas.
No pretendemos en estas líneas tomar una posición de juzgamiento respecto a las relaciones virtuales, pretendemos concientizar a quienes desean sostener este tipo de relación virtual ya que las aventuras amorosas por internet, se están convirtiendo en una de las maneras más frecuentes de infidelidad, donde millones de personas se arrojan a navegar en el espacio virtual cada día para relacionarse con otras, se considera que la mayoría busca en la red nuevas experiencias y sensaciones, excitación al amparo del anonimato, permitiéndoles todo tipo de licencias, desde dar rienda suelta a la fantasía así como ejercer, todo tipo de comportamientos reprimidos o auto reprimidos socialmente, siendo alta la probabilidad de ser presa de la mentira o engaño.
Una investigación científica aplicada al caso francés ,realizada por la Match.com (uno de los sitios más conocidos para la búsqueda de pareja), con una muestra representativa de 2055; demostró que más del 60% de la población entre 18 y 24 años es seducida por Internet y otras tecnologías de comunicación modernas (Avatares) ¿Nos encontramos frente a una nueva forma de relación que produce efectos de desamor y patología o se trata de un simple cambio formal en las formas del amor y la atracción?
Otra investigación realizada por la firma Kelton Research dio como resultado que el 65 por ciento de los estadounidenses presta a diario mayor atención a la pantalla de su ordenador que a las necesidades de sus seres queridos. Este factor destacar una importante fuente de riñas familiares y rupturas sentimentales. "Te aleja de los demás sin que te des cuenta”. Y descuidas los sentimientos de tu pareja intoxicando la relación.
El 84 por ciento de los estadounidenses ha desarrollado en los últimos tres años una dependencia por internet, existiendo más de 850 sitios de internet dedicados en exclusiva a la búsqueda de pareja, lo que convierte a EEUU "en el mayor mercado del mundo".
Michael Stora (psicólogo y psicoanalista), Investigador de la relación interactiva de los seres humanos a la computadora y sus consecuencias en los procesos mentales; manifiestó que la pasión amorosa en Internet es amplificada: “no se ve al otro tal como es sino como se tiene ganas de verlo”. El riesgo de una relación virtual el autor la denomina Bovarismo virtual: "El síndrome de Emma Bovary” ( estado de insatisfacción crónica de una persona, producido por el contraste entre sus ilusiones y aspiraciones a menudo desproporcionadas respecto a sus propias posibilidades y la realidad, que suele frustrarlas); "donde algunos internautas van a caer enamorados de las conversaciones". El Dr. Stora manifiesta que el problema de la ciberdependencia va en aumento.
Las relaciones virtuales suelen ser emocionantes, se piensa en el amor de ensueño (vertiginoso e intenso) que se produce frente al deslumbramiento de una experiencia fantástica, la intensidad de los sentimientos, inherentes a la misma novedad. Los sentimientos deberán seguir la transición hacia las próximas etapas más profunda del amor, o bien desparecerán.
Es común que los cibernautas subestimen en un principio la relación por Internet (a falta de sexo implicado) manteniendo múltiples relaciones simultáneas, y normalmente no creen que la multiplicidad (infidelidad virtual) sea incorrecta o desconsiderada. A menudo, estas relaciones tienen el potencial como para ser verdaderamente devastadoras para la pareja, al igual que si se lo engañara con una relación sexual, por el hecho de haber sido engañados y estafados en su buena fe. Podemos concluir que las relaciones por Internet en personas casadas tienen mucha posibilidad de provocar una fisura o destrucción total en sus relaciones primarias, por más que ésta no sea la intención original.
Se ha evidenciado que personas terminaron con sus parejas por tener relaciones reales con aquellas que conocieron virtualmente al estar deslumbrados (as) por la novedad. Si piensa tener una relación por Internet, debe preguntarse si es lo más conveniente..., ya que al buscar algo mejor para sus vidas o tratar de romper con la monotonía, se pueden encontrar momentos gratificantes, dolorosos, devastadores, o en otros casos puede que el mundo de fantasía que se presenta como verdadero suela ser monótono y aburrido.
Lo cierto es que las personas se seguirán enamorando siempre, quizá ahora con más libertad. Enamorarse de un hombre estando aquí, en España, o de un joven de Argentina, ya no es una novedad, las personas que se enamoran serán siempre dos desconocidos, dos extraños seducidos a través de la palabra escrita.
En resumen el amor en la red puede tener efectos severos en el ámbito emocional de la persona, producir celos por infidelidad, hacerles sentir el amor como vivencia y ser la causa de separaciones, pero también, como en la mayoría de los casos, solo puede tratarse de una ilusión gratuita, de una forma diferente de amar.
ANNA BERMEO TURCHI
CPP3504
27-12-09
Fuente: Lola Beccaria ,“El arte de perder”
