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Las historias sobre Ciencia y el medio ambiente, tienen un impacto directo sobre la vida de las personas. Escribir con claridad sobre la complejidad de estos temas, es seducir a todos los públicos sin perder un ápice de rigor periodístico. Tras un tiempo de sequía periodística, vuelvo retomar el blog, con la frecuencia de antaño. Sin embargo, en la vida surgen sorpresas y oportunidades en lo profesional que te hacen cambiar de rumbo.

lunes, 10 de enero de 2011

TACTICA Y ESTRATEGIA



Hoy decidí que era tiempo de escribir algo diferente, descansar durante un buen rato de tanta vulgaridad y chabacanería como la que nos invade, y con un atisbo de creatividad acumulada dirigir estas líneas a todas aquellas personas que todavía se emocionan con las cosas sencillas y los que recuerdan que se desprendieron de algo que les gustaría recuperar, o como el caso de volver a recordar a alguien que se alejo de nosotros.

Hace unos años escuche a un hombre que respeto y admiro decir que plasmo sus recuerdos de niño para ser feliz, quede impresionada y me costó comprender el significado de aquellas palabras; vio morir a su madre a la edad de 6 años y a su padre al año siguiente, cada vez que hablaba narraba con detalle todos sus recuerdos que lo ayudaron a sobrevivir.



Hoy los tiempos cambian, los sufrimientos suelen ser siempre los mismos, aunque lo sintamos en magnitudes distintas, existen muchas formas de preservar los recuerdos y otra forma de vivir y sufrir por amor en tiempos virtuales, donde el ciberespacio y sus comunidades virtuales han cambiado las reglas y difieren mucho desde los tiempos descritos por Gabriel García Márquez en la novela “El amor en los tiempos del cólera”, con un tenue final feliz donde descubren que el amor puede aparecer a cualquier edad o continuar toda la vida.

A medida que crece la popularidad en las redes sociales, también crecen las parejas sentimentales, que luego terminan a causa de este pequeño canal de comunicación, empeorando el dialogo y la comunicación entre parejas, aunque parece rocambolesca y dolorosa a partes iguales, cada vez es más común. Una investigación de la Universidad de Guelph en Canadá evidenció que los jóvenes tienden a tener actitudes compulsivas de celos debido a la cantidad de personas que conocen a diario a sus parejas. Lo significativo del tema en cualquier tipo de relación sea virtual e interpersonal, se suelen levantar barreras, en este caso son los muros emocionales construidos a base de actitudes, sentimientos y emociones negativas atrapadas, que con el paso del tiempo se van solidificando, con lo cual, le dan forma y consistencia.

Un MURO, simboliza la incomunicación y representa la incapacidad de establecer y mantener buenas relaciones sociales. Me he dado cuenta que en nuestra vida y en nuestras relaciones, tenemos la opción de levantar puentes y muros. Construimos PUENTES con el corazón abierto, con nuestras emociones, sentimientos positivos, con ternura, con esperanzas, bondad, ternura, con abrazos, con amor. Construimos muros por miedo, inseguridad, temor, celos, envidia, abandono, desprecio, rechazo, frustración, desengaño, decepción, incomprensión, intolerancia, ira, enojo, ofuscación, amargura, rencor, resentimiento, odio y un largo etcétera.

Quizás muchos hemos levantado muros, tal vez como fortalezas medievales; hoy intento construir puentes, o resanar los que se han dañado, la vida me enseñó que es mejor tender puentes, abrir puertas y ventanas, aligerar el camino a cualquier posible viandante, Como diría Benedetti "Mi táctica es hablarte y escucharte construir con palabras un puente indestructible.", yo construyo un puente sin silencios y con sincera empatía.

Lo bueno es que siempre tenemos la opción a elegir, si consideras que tienes un muro emocional empieza a demolerlo.

ANNA BERMEO
CPP 3504